Psicología Clínica y Educativa
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El cole en casa
Espacio físico
Reservad un espacio de la casa para los momentos del día de actividades escolares. Haced un cartel con el nombre del colegio para poner en la puerta de la habitación elegida o en el rincón de la casa, preparad una mesa (puede ser una mesa baja o una caja dura y que estén sentados en el suelo), dejad allí los materiales necesarios: fichas, libros, ordenador con tareas online, etc. En la medida de lo posible, elegid un sitio con “pocas vistas” (que no tenga de frente el salón al completo o la calle), sin tentaciones (juguetes, principalmente) y poco transitado durante el resto del día (para que quede reservado para esta actividad y les sirva también para cambiar de ambiente estando encerrados en casa) Cuidad la iluminación aunque sea artificial.
En caso de tener que elegir un espacio multiusos (la mesa del salón, por ejemplo, o su habitación) diferenciad el espacio con un mantel de algún color llamativo, un tapete, etc. sobre la mesa, colocad un cartel grande con el nombre del cole, añadid cualquier
cosa que sirva de attrezzo para diferenciar cuándo es “cole” y cuando “comedor” o “habitación”, y recogedlo todo hasta el día siguiente.
Horario
Decidid a qué hora abrirá el cole y elegid una alarma para avisar de ello. Marcad un horario de actividades como en el cole: lengua, mates, etc. O seguid el que ya estaba establecido en el colegio. Si no os han mandado actividades de todas las asignaturas, podéis crear actividades para las que os falten o, más bien, etiquetar como actividades de cole aquellas que igualmente haríais para entretenerles.
Educación física: alguna actividad de equilibrio, habilidad visomanual, etc. no todo es correr como locos tras un balón, jejeje.
Plástica: alguna manualidad.
Música: seguir ritmos de percusión, inventar alguna canción o aprender alguna con gestos.
Para indicarles las tareas que deben realizar, tened a mano el método de comunicación con el colegio para que vean que lo mandan sus profes, no vosotros. Pueden leerlo ellos mismos o leerlo vosotros.
Juego simbólico
Como cuando jugáis a los tenderos o a los médicos. Acciones como hacer la fila antes de entrar, atender a las alarmas que indican cambio de actividad, levantar la mano para preguntar dudas, etc. les ayudará a meterse más en la representación de estar en el cole y a no perder buenos hábitos para cuando vuelvan (tranquilos, volverán) Igualmente, con el temario que vayan avanzando, alternad parte de explicación con parte de tareas como si de una clase se tratara.
Si tenéis la suerte de que los profes os mandan vídeos de explicaciones, genial, si no, podéis buscarlos en los recursos adjuntos o sed vosotros quienes hagáis la explicación. En ese caso, jugad a ser profes, de verdad. De pie frente a ellos, con unos folios en la pared a modo de pizarra, etc. Para repasar lo anterior o lo que aprendieron días atrás, pueden ser ellos los profes y mandaros tareas. Así, deberán explicar la lección/procedimiento, revisar si lo hacéis bien (cometed errores o plantead dudas), resolver dudas, etc.
Recreo
Y después de tanto esfuerzo cognitivo, ¡a jugar! Juego libre, aunque si son hijos únicos querrán compañía, para premiar el esfuerzo realizado. Además, os sirve como motivación para terminar las tareas dentro del tiempo de clase y poder salir al recreo el tiempo completo.
Feedback
Es importante que perciban que las actividades realizadas son del cole y para el cole. Haced foto a cada ficha, manualidad, etc. y mandádsela a su profe. Pedidle feedback para que los niños sigan motivados y entiendan el sentido a lo que les estáis pidiendo. Si el profe no os la da, crearos una cuenta de correo e inventaros que es del profe. Necesitáis ese plus de motivación, aunque sea inventado.
Conciliación
Y, ¿todo esto mientras teletrabajo? Pues sí, difícil tarea la de conciliar. Podéis elegir el momento del día que menos mal os venga, aunque tened en cuenta que cuanto más tarde, más difícil será que rindan. Podéis hacerlo a ratitos (ratos que no tengáis reuniones de trabajo o llamadas y en los que podáis mover el trabajo de horario) y, sobre todo, recordad que no se trata de que cumplan con TODO lo mandado. Elegid, priorizad.
Personalizad lo que os manden
Las tareas mandadas son genéricas y no se adaptan a las habilidades de todos los niños ni la realidad de todas las familias. Valorad qué tal hacen cada actividad para, si la hacen bien, quitar repeticiones. Las que hagan mal, repartidlas en varios días para que no acumulen tanta frustración y vayan ganando destreza día tras día. Si hay problemas de conducta (no querer hacer las tareas, pataletas, frustración, negatividad, etc.) recordad lo que siempre os explicamos de la escalera.
Está genial que nos planteemos como meta el último escalón pero, ¿en cuál está? Si está en el más bajo (no saber hacerlo, no hacerlo, no querer, etc.) pidamos que suba 1 o 2 pero no que llegue a la cima. Olvidemos la cima. Debemos pedir esfuerzo, progreso, no perfección. Y premiemos, felicitemos, por ese esfuerzo que hacen más allá de lo que podían/querían inicialmente. Otro día, ante otra materia o en un rato partirán de otro escalón intermedio o incluso alto y al pedirles que se esfuercen más podrán hacer cima. Perfecto. Pero tan bueno será eso como cada escalón que subieron desde el más bajo.
NO aprovechéis que rinden bien para ponerles más trabajo. Poneros en su situación. Si os esforzáis por terminar rápido un proyecto del trabajo (concentrados, ignorando distractores, sin paradas para café...) y en lugar de poderos ir a casa antes os añaden más tareas, por el mismo sueldo, trabajando más que el resto. ¿No bajaríais vuestro rendimiento? Si rendir mejor implica tener que rendir más, pues rendís algo peor pero con más calidad de vida durante esas horas: conversaciones, cafés, mirar por la
ventana, atender vuestro móvil personal...
Si terminan lo pedido rápido y bien, montáis fiesta con ellos y les explicáis que el tiempo que se han ahorrado ahora lo podrán usar en lo que quieran Y CON VOSOTROS. Porque, de haber seguido 30min más con las tareas, ¿no habríais seguido 30min más con ellos? Pues mantenedlo. Por suerte para vosotros, pueden ser 15 y no 30min porque no se van a enterar, y también vosotros ganáis de su buena conducta. Pero premiadles con ocio conjunto, con risas, no les castiguéis con más trabajo. Si a lo largo de los días veis que rinden muy bien y sobra tiempo, planificad distinto las tareas, meted más desde el inicio del “día de cole” pero sin asociarlo a que “ya que trabajas tan bien... dos cazos”.
Y, SOBRE TODO, no adoptéis las exigencias externas como propias. El profe manda lo que manda de manera genérica, para todos, sin apenas tiempo para pensarlo y prepararlo ni experiencia sobre cómo atender las exigencias del currículum desde la distancia. Esto es nuevo para todos. Para algunos alumnos supondrá poco, para otros será inabarcable. Nadie os va a penalizar, ni a ellos, por no llegar a todo. En algunas familias ambos padres están en casa sin apenas trabajo, en otras sólo 1 está en casa y a la vez teletrabaja con reuniones virtuales cada pocas horas y teniendo que cumplir horarios de entrega de tareas.
En algunas familias hay 1 niño, en otras 3 o más. ADAPTAD las exigencias externas a vuestra realidad y pensad que los objetivos son: que sigan activos cognitivamente manteniendo y mejorando los aprendizajes ya realizados y aprendiendo contenidos nuevos. Eso se puede lograr haciendo TODAS las tareas, o parte. Haciéndolas tal y como las piden o de manera más experiencial y manipulativa: cuentas con garbanzos y otros productos, sumas y restas jugando a los tenderos, lectura de recetas de cocina o de instrucciones de juegos de mesa nuevos, etc.
Incluso podéis permitiros no alcanzar todos los objetivos. Perseguir de manera férrea la consecución de todos, frustraros por quedaros lejos y desmotivaros (y desmotivarles) os lleva a quedaros al final más lejos de la meta de lo que podríais haber llegado asumiendo, desde el principio, que a todo no se llega. En lo escolar de vuestros hijos, en lo familiar/doméstico y en lo laboral en estas fechas tan desconcertantes.